miércoles, 23 de marzo de 2011

José Luis Martínez Hernández

joseluismartinezhernadez@blogspot.com
Esta es la dirección que me mandaste, pero como puedes ver tienes un error en tu segundo apellido seguramente por eso no te encuentro.

miércoles, 2 de marzo de 2011

El león y el boyero de Esopo

El león y el boyero
de


Un boyero que apacentaba un hato de bueyes perdió un ternero. Lo buscó, recorriendo los alrededores sin encontrarlo. Entonces prometió a Zeus sacrificarle un cabrito si descubría quien se lo había robado.
Entró de inmediato al bosque y vio a un león comiéndose al ternero. Levantó aterrado las manos al cielo gritando:
- ¡Oh grandioso Zeus, antes te prometí inmolarte un cabrito si encontraba al ladrón; pero ahora te prometo sacrificar un toro si consigo no caer en las garras del ladrón!

Moraleja: Cuando busques una solución, ten presente que al encontrarla, ésta a su vez puede convertirse en el siguiente problema.

La zorra y el leñador de Esopo

La zorra y el leñador
de


Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada.
Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:
- Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.

Moraleja: No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras.

PERSEVERANCIA

Perseverancia quiere decir que uno nunca abandona. La deja­dez normalmente quiere decir que uno nunca empieza. La inca­pacidad de terminar algo también es una forma de dejadez.
Pregúntale a la gente porqué posponen la acción, y frecuente­mente oirás algo como: "Soy un per­feccionista sin remedio. Todo tiene que estar perfecto antes de que .me ponga a trabajar. Sin distracciones, sin ruidos, sin llamados telefónicos que me inte­rrumpan, y por supuesto ¡también me tengo que sentir bien! No puedo traba­jar si me duele la cabeza!.

La otra punta de la dejadez - ser incapaz de concluir algo - también tiene una explicación per­feccionista: "Nunca estoy satisfecho. Yo soy mi critico más severo. Simplemente no puedo considerar que terminé hasta verificar que cada "i" tenga su punto." ¿Ves lo que está pasando? ¡Una falla se está haciendo posar por una virtud!  El perfeccionista nos dice que sus están­dares son simplemente demasiado ele­vados para este mundo. Este síndrome de falla-disfrazada-de-virtud es una de­fensa común cuando se confronta a la gente con sus faltas de resultados, pero, al fin y al cabo, es solamente una forma más de poner excusas.

La base de la dejadez puede ser el temor al fracaso. Esto es lo que realmente es el perfeccionismo, cuan­do uno lo mira de cerca. ¿Cuál es la diferencia entre estar paralizado por el temor de ser menos que perfecto, o por el temor o cualquier otra cosa? De am­bas maneras el temor lo paraliza. ¿Cuál es la diferencia entre el nunca empezar y el nunca acabar? De ambas formas estás inmovilizado. De ambas maneras no vas a ninguna parte. Todavía estás sobrecogido por la tarea que te espera.


Todavía estás permitiendo que te domi­ne uno visión negativa del futuro, en la (ual te ves siendo criticado, ridiculiza­do, castigado.


CÓMO CONVERTIR LA DEJA DEZ EN PERSEVERANCIA
Primer principio:
. No importa qué es lo que quie­ras lograr, sea escribir un libro, escalar una montaña o pintar un casa; la clave del logro es la habilidad para dividir la tarea en fragmentos manejables y ata­carlos de a uno por vez.:.Enfócate en terminar lo que tienes enfrente en este instante. Ignora lo que te espera des­pués. Así reemplazarás la visualización negativa del futuro por el pensamiento positivo en tiempo presente.

. Supón que te piden escribir una novela de 365 páginas. Si eres como la mayoría, te sonaría como una misión imposible. Pero supón que te piden escribir una hoja por día, durante un año. Ahora la tarea parecería ser más manejable, pero aún así, la mayoría de las personas lo encontrarían intimidan­te. ¿Sabes porqué? Escribir una página por día no parece tan terrible ipero du­rante todo un año! Cuando se le obliga a la gente a comprometerse por tanto tiempo, muchos automática mente em­piezan a pensar en forma negativa.

. Entonces hay que reformular la idea de escribir el libro: vamos a dividirla aún más. Supongamos que te preguntan: u ¿puedes llenar una hoja - no por un año, no por un mes, ni si­quiera por una semana, sino sólo por hoy? No pienses más allá de eso_ Creo la mayoría de la gente podría declarar con confianza ser capaz de la tarea. Por supuesto, esa es la misma gente que se declararía totalmente incapaz de escri­bir un libro.

. Un día a la vez. Todos escucha­mos esa frase. Eso es lo que estamos haciendo aquí. Estamos dividiendo el tiempo requerido para una tarea de gran tamaño en segmentos de un día. Continúa así por un año, y el libro estará escrito. .
Disciplínate tu mismo para no mirar hacia adelante ni hacia atrás, y podrás lograr cosas que nunca imaginaste.
Segundo principio:
 Sabemos qué importante es el escribir para ponerse metas, pero en vez de enfocarte en el futuro vas a escribir sobre el presente, a medida que lo experimentas cada día.

. En vez de describir lo que de­seas hacer en el futuro, o los luga­res que vas a visitar, vas a asentar lo que realmente estés haciendo con tu tiem­po, y vas a mantener un registro escrito de los lugares a los que estás yendo en la actualidad.

. En. otras palabras, vas a man­tener un registro diario de tus actividades. Te sorprenderás de las distracciones. desvíos, y pérdidas de tiempo en las que te pierdes en el transcurso del día. Todas ellas se inter­ponen en el camino hacia el logro de objetivos.

. Lo mejor de llevar un registro diario de tiempos es que logra sacar todas estas cosas a la luz. Te fuerza a ver lo que en realidad estás haciendo y lo que no estás haciendo.
Divídelo y Escríbelo. Parecen técnicas demasiado simples, pero no te engañes: son téc­nicas de productividad, poderosas y efectivas. Así es como se termina con la deja­dez. Así es como uno se pone en movimiento.